jueves, 6 de mayo de 2010

"Mi confrontación con la docencia"


!Sigamos en este camino construyendo juntos!


Por: Verónica Adriana Moya Vela


Como ya antes mencioné uno de los principales retos a los que me enfrenté, fue compartir el Laboratorio de Informática con otros compañeros, situaciones como ésta y como contar con equipos en mal estado y obsoletos mermaron mi labor al momento de impartir clase, a pesar de la planeación previa para llevarla a cabo y, cuando todo parecía estar bien, algunos de los equipos no responden con los requerimientos que hoy en día se demandan.


¿Cómo entonces poder otorgar clases de calidad que cumplan con lo que pretende la Reforma Integral y la Educación por Competencias? Es difícil, más no debo tomarlo como un problema sino como un reto mayor y una oportunidad de trabajo, la cual he enfrentado junto con mis compañeros de manera digna, propositiva y efectiva, cumpliendo en tiempo y forma.


La mayoría de nosotros hemos vivido un sin fin de situaciones, la falta de infraestructura, de apoyo institucional, de interés en algunas materias, el alto índice de reprobación, la deserción de alumnos, la falta de integración de tutores o padres de familia, la falta de conocimiento y práctica del trabajo colegiado y colaborativo, el retomar valores y principios, la poca motivación, la creatividad nula, compartir experiencia e inquietudes, temores, errores y aciertos.


En fin la lista es extensa y la responsabilidad es mucha. La tarea de cada uno de nosotros es ser parte de los docentes emprendedores y capaces de proponer nuevas ideas y aportaciones, aprender a “ser” y “hacer” de nuestro trabajo diario una búsqueda e identificación con compañeros e institución, ser parte de nuevos cambios, buscar en cada uno de nuestros alumnos una nueva oportunidad y aprovechar sus habilidades, destrezas, aptitudes y actitudes para encaminarlos, prepararlos y desarrollarlos para el mundo competitivo actual.


Espero su aportación siempre tan valiosa.

Verónica.

"Los saberes de mis estudiantes"



Bienvenidos a este espacio virtual, donde compartiremos conocimientos y aprendizajes sobre los saberes de nuestros estudiantes.




¡Empecemos!

Por: Verónica Adriana Moya Vela.

Esta ha sido una experiencia significativa en mi pequeña trayectoria, ya que sólo observamos a nuestros alumnos de “re ojo”, así como todo aquéllo que realizan a través de Internet. Ha sido grato y a su vez impactante saber qué es lo que los mueve por la red, ya que no siempre la usan para actividades escolares, sino que también para buscar información no tan grata.

Lo que nuestros estudiantes saben hacer en Internet:

Lo que con frecuencia hacen nuestros estudiantes en internet, se centra en consultar información para alguna tarea, actividad, investigación o trabajo. Además de bajar de la red música, imágenes y videos de todo tipo, aunque se orientan más para uso personal que para el escolar. Como es el caso de las redes sociales, como el Metroflog, Facebook, Twitter, Hi5, My Space, YouTube, etc. Es aquí donde podemos observar que temas como la pornografía o hacer daño a otros usuarios es muy habitual.

¿Qué podemos hacer para aprovechar esos saberes en el aula?

Es importante motivar a nuestros estudiantes a explotar esta tecnología, aprovechar estas herramientas en nuestro desempeño docente, para así, provocar en nuestros alumnos ser usuarios fervientes y consientes del potencial que tiene Internet. La tarea no es fácil ya que no sólo depende de motivación, sino de factores que muchas de las veces merman esa relación, como la falta de recursos económicos y hasta culturales. Ir más allá de una clase típica y hasta aburrida, promover la inquietud y la sed de conocimiento e interacción, con más usuarios. El conocimiento es un derecho, un derecho al enorme potencial que significa hacer uso de esta tecnología, nuestra tolerancia y motivación de manera personal y profesional primero para nuestro desempeño docente y, posteriormente, reflejado en nuestros alumnos usándola como apoyo a nuestras clases en el aula y por qué no, también fuera de ella. Además de hacer conciencia de que la red es una inagotable fuente de información y formas de trabajo en colaboración. Quitando tabúes y actitudes que decrecen su manejo, así como de la facilidad y rapidez con la que se trabaja, creando y formando una intrínseca red de información.

¿Quién van a enseñar a quién y qué le enseñará? y ¿dónde lo harán?

Es por ello que al generar conciencia sobre esta tecnología, también estaremos generando una actitud de responsabilidad y compromiso sobre su uso. Donde su conocimiento y constante construcción no depende de unos cuantos usuarios, sino de la interacción de miles de usuarios que trabajan sobre todo lo que extraemos y se visualiza en ella. Es decir, el aprendizaje es mutuo así como su construcción, además de que el aprendizaje es en todas formas y direcciones, dentro del aula de clase y más allá de ella. Nuestros alumnos jugarán un papel importante en una enseñanza-aprendizaje compartida y hacia todos sentidos.
Compañeros y amigos, espero sus aportaciones.
Gracias, Verónica.

"La aventura de ser maestro"


Sean bienvenidos, compartamos juntos está experiencia y la aventura de ser maestros.

¡Empecemos!


Por: Verónica Adriana Moya Vela


Aquí es donde parte la historia de todo docente, sea una trayectoria larga o corta, he conocido a muchos actores educativos y nunca había notado tantos detalles como hasta ahora, la especialidad ha puesto en alerta todos mis sentidos, observo, aprendo, valoro, corrijo, pero sobre todo comienzo a aplicar bajo otra perspectiva, visión y acción mi trabajo.

Debemos detenernos por un momento y reflexionar nuestro actuar, ya que no deseo ser parte de aquellos docentes que viven su trabajo, sólo como eso: “trabajo”, sino que debemos buscar la oportunidad de descubrirnos y descubrir a nuestros alumnos, otorgar a ambas partes la visión propositiva en el proceso enseñanza-aprendizaje.

¿Cuántos demonios se apoderan de nosotros?, pero realmente ¿A qué o quién nos enfrentamos? Hablo por mí, mi primer día fue quedarme muda, mis labios temblaban y aunque había planeado la presentación, me sentía sin armas ni herramientas para comenzar.
Todos me miraban, había alumnos más grandes que yo, otros de mi edad y gente conocida. Hoy reconozco que a quién me enfrenté fue a mí, a mi persona, a mis conocimientos, a mi educación y a mis valores. Tomé el ejemplo de un modelo a seguir, el cual se ha ido puliendo y modificando de acuerdo a todas las características cambiantes que incluye una institución, analizar mi práctica, retroalimentarme con la relación docente-alumno y viceversa, aprender a aprender, el seguir preparándome, contar con sensibilidad, transformar la educación y la enseñanza, identificarme con mis alumnos, buscar canales de comunicación adecuados, razonar, con el único objeto de otorgarme el placer de saber que voy por buen camino. Pero para que esto se dé, deben de estar presentes la actividad sensitiva y cognoscitiva apuntando en todas direcciones.

Buscar en nuestra dinámica el equilibrio entre clase y clase, buscar en el alumno el hambre del conocimiento, la investigación y la autodidáctica, envolverlos para atrapar no sólo su atención, sino cada una de las actividades, alimentar en esas mentes abiertas conocimientos que buscan en hombres y mujeres el valor humano, que se encuentran listas para absorber respuestas a cada inquietud y con ello buscar, elaborar y construir conocimientos del mundo que nos rodea.

Los quehaceres previos a toda introducción y explicación de temas se basan en la planeación y en la ejecución de tal. Aquí es donde debemos pensar en el impacto que queremos causar y como repercutirá y transcenderá en nuestros alumnos. La preparación de todo docente juega un papel importante ya que busca posicionarnos como actores capaces de transformar en el alumno sus conocimientos, hacerlos pensar de manera crítica hacía ellos mismos y hacía el mundo al cual se enfrentan, la renovación pedagógica no debe ser sólo buscar mejorar el aprendizaje, sino una retrospección personal y profesional con el objetivo de abrir nuevos caminos en nuestros alumnos y, es allí donde nos recompensaremos.

Encontrarnos, pero no porque estemos perdidos… sernos fieles en la búsqueda y en el sentido de la enseñanza y el aprendizaje, pero sobre todo otorgar a nuestros alumnos el reconocimiento de ellos mismos con respecto al mundo que les rodea.

En este momento, ¿quiénes somos?, ¿quién soy? Cuando lo más seguro es que para cada grupo, alumno, sociedad, padres de familia, compañeros, institución, sistema y país, seguiremos siendo profesores con bajos recursos profesionales, intelectuales y personales, con pocas habilidades y destrezas, que generan en los alumnos una educación pobre en construcción de conocimientos, pero que a pesar de esta óptica, pretendemos quitar esos motes y tabúes hacía nosotros, demostrando que estamos en tiempos de cambios, que la sociedad, las familias, los individuos y los actores educativos no son los mismos que hace diez, veinte, treinta o cuarenta años. Hoy por hoy buscamos reivindicarnos en la importancia de la motivación en aprendizajes significativos, para bien personal, profesional y social.

Día a día nos topamos con estereotipos, con eventos propios o de otro compañero, el ataque personal que a veces hacemos de nosotros mismos y la pelea existencial por querer ser “el mejor”, está lejos de existir ya que siempre estamos en movimiento y absurdo sería pensar que todos somos iguales, que partimos de una misma educación o peor aún que la sociedad no reclama esos avances y cambios. Todavía en estos tiempos observamos instituciones educativas que siguen adoptando profesionistas y, no profesores por vocación. El cambio debe hacerse desde las entrañas y cambiar el enfoque de este modelo ya tan gastado y enfocarnos en la educación por competencias.


Nuestra tarea es orientar, perfilar e identificar nuestra enseñanza al servicio del aprendizaje del alumno, con el objeto de encontrar un proceso auténtico de retroalimentación y reconversión del conocimiento. Acceder a tan noble servicio, es en primer ámbito prender la mecha al deseo de saber, de hacerlo juntos y hacer saber que para eso estamos aquí, para transmitir valores, construir conocimientos e identificarnos de manera plena en nuestro trabajo diario. Para esto nos hemos topado con apoyarnos en diferentes códigos y canales de comunicación, en observar y aprender a leer a nuestros alumnos, la comunicación verbal y el lenguaje corporal van de la mano, por lo que no debemos omitir llevarlos a la práctica para ser dueños de nuestra clase ante nuestros alumnos, buscando así una buena empatía.

El mantener un ambiente de trabajo tranquilo, equilibrado, donde haya comunicación, tolerancia y respeto, desarrollará relaciones sanas. Hablando de ese equilibrio debemos buscar desarrollar en nuestros alumnos orden en actividades, dejar en claro el sistema de trabajo, las limitaciones, la función y rol que cada quién jugará. Yo lo llamo al inicio del semestre como: Información Académica y Políticas del Curso.

Es tiempo de engancharnos, de prepararnos, de adecuarnos en enfoques que consigan el objetivo central de la especialidad, “Competencias” que aporten a nuestros alumnos desarrollo, sentirnos profesionistas de provecho, dejar los pensamientos negativos y apostar a nuevas pedagogías a la nueva generación de docentes que centren su desarrollo en proponer nuevos ambientes y roles sociales.

Espero su aportación.


Gracias, Verónica.