
Sean bienvenidos, compartamos juntos está experiencia y la aventura de ser maestros.
¡Empecemos!
Por: Verónica Adriana Moya Vela
Aquí es donde parte la historia de todo docente, sea una trayectoria larga o corta, he conocido a muchos actores educativos y nunca había notado tantos detalles como hasta ahora, la especialidad ha puesto en alerta todos mis sentidos, observo, aprendo, valoro, corrijo, pero sobre todo comienzo a aplicar bajo otra perspectiva, visión y acción mi trabajo.
Debemos detenernos por un momento y reflexionar nuestro actuar, ya que no deseo ser parte de aquellos docentes que viven su trabajo, sólo como eso: “trabajo”, sino que debemos buscar la oportunidad de descubrirnos y descubrir a nuestros alumnos, otorgar a ambas partes la visión propositiva en el proceso enseñanza-aprendizaje.
¿Cuántos demonios se apoderan de nosotros?, pero realmente ¿A qué o quién nos enfrentamos? Hablo por mí, mi primer día fue quedarme muda, mis labios temblaban y aunque había planeado la presentación, me sentía sin armas ni herramientas para comenzar.
Todos me miraban, había alumnos más grandes que yo, otros de mi edad y gente conocida. Hoy reconozco que a quién me enfrenté fue a mí, a mi persona, a mis conocimientos, a mi educación y a mis valores. Tomé el ejemplo de un modelo a seguir, el cual se ha ido puliendo y modificando de acuerdo a todas las características cambiantes que incluye una institución, analizar mi práctica, retroalimentarme con la relación docente-alumno y viceversa, aprender a aprender, el seguir preparándome, contar con sensibilidad, transformar la educación y la enseñanza, identificarme con mis alumnos, buscar canales de comunicación adecuados, razonar, con el único objeto de otorgarme el placer de saber que voy por buen camino. Pero para que esto se dé, deben de estar presentes la actividad sensitiva y cognoscitiva apuntando en todas direcciones.
Buscar en nuestra dinámica el equilibrio entre clase y clase, buscar en el alumno el hambre del conocimiento, la investigación y la autodidáctica, envolverlos para atrapar no sólo su atención, sino cada una de las actividades, alimentar en esas mentes abiertas conocimientos que buscan en hombres y mujeres el valor humano, que se encuentran listas para absorber respuestas a cada inquietud y con ello buscar, elaborar y construir conocimientos del mundo que nos rodea.
Los quehaceres previos a toda introducción y explicación de temas se basan en la planeación y en la ejecución de tal. Aquí es donde debemos pensar en el impacto que queremos causar y como repercutirá y transcenderá en nuestros alumnos. La preparación de todo docente juega un papel importante ya que busca posicionarnos como actores capaces de transformar en el alumno sus conocimientos, hacerlos pensar de manera crítica hacía ellos mismos y hacía el mundo al cual se enfrentan, la renovación pedagógica no debe ser sólo buscar mejorar el aprendizaje, sino una retrospección personal y profesional con el objetivo de abrir nuevos caminos en nuestros alumnos y, es allí donde nos recompensaremos.
Encontrarnos, pero no porque estemos perdidos… sernos fieles en la búsqueda y en el sentido de la enseñanza y el aprendizaje, pero sobre todo otorgar a nuestros alumnos el reconocimiento de ellos mismos con respecto al mundo que les rodea.
En este momento, ¿quiénes somos?, ¿quién soy? Cuando lo más seguro es que para cada grupo, alumno, sociedad, padres de familia, compañeros, institución, sistema y país, seguiremos siendo profesores con bajos recursos profesionales, intelectuales y personales, con pocas habilidades y destrezas, que generan en los alumnos una educación pobre en construcción de conocimientos, pero que a pesar de esta óptica, pretendemos quitar esos motes y tabúes hacía nosotros, demostrando que estamos en tiempos de cambios, que la sociedad, las familias, los individuos y los actores educativos no son los mismos que hace diez, veinte, treinta o cuarenta años. Hoy por hoy buscamos reivindicarnos en la importancia de la motivación en aprendizajes significativos, para bien personal, profesional y social.
Día a día nos topamos con estereotipos, con eventos propios o de otro compañero, el ataque personal que a veces hacemos de nosotros mismos y la pelea existencial por querer ser “el mejor”, está lejos de existir ya que siempre estamos en movimiento y absurdo sería pensar que todos somos iguales, que partimos de una misma educación o peor aún que la sociedad no reclama esos avances y cambios. Todavía en estos tiempos observamos instituciones educativas que siguen adoptando profesionistas y, no profesores por vocación. El cambio debe hacerse desde las entrañas y cambiar el enfoque de este modelo ya tan gastado y enfocarnos en la educación por competencias.
Nuestra tarea es orientar, perfilar e identificar nuestra enseñanza al servicio del aprendizaje del alumno, con el objeto de encontrar un proceso auténtico de retroalimentación y reconversión del conocimiento. Acceder a tan noble servicio, es en primer ámbito prender la mecha al deseo de saber, de hacerlo juntos y hacer saber que para eso estamos aquí, para transmitir valores, construir conocimientos e identificarnos de manera plena en nuestro trabajo diario. Para esto nos hemos topado con apoyarnos en diferentes códigos y canales de comunicación, en observar y aprender a leer a nuestros alumnos, la comunicación verbal y el lenguaje corporal van de la mano, por lo que no debemos omitir llevarlos a la práctica para ser dueños de nuestra clase ante nuestros alumnos, buscando así una buena empatía.
El mantener un ambiente de trabajo tranquilo, equilibrado, donde haya comunicación, tolerancia y respeto, desarrollará relaciones sanas. Hablando de ese equilibrio debemos buscar desarrollar en nuestros alumnos orden en actividades, dejar en claro el sistema de trabajo, las limitaciones, la función y rol que cada quién jugará. Yo lo llamo al inicio del semestre como: Información Académica y Políticas del Curso.
Es tiempo de engancharnos, de prepararnos, de adecuarnos en enfoques que consigan el objetivo central de la especialidad, “Competencias” que aporten a nuestros alumnos desarrollo, sentirnos profesionistas de provecho, dejar los pensamientos negativos y apostar a nuevas pedagogías a la nueva generación de docentes que centren su desarrollo en proponer nuevos ambientes y roles sociales.
Espero su aportación.
Gracias, Verónica.